Cristina Mate

Hola Eva,

Dicen que cuando no hay noticias es que son buenas noticias y es que hasta la fecha de hoy Whistler está siendo una de las mejores experiencias de mi vida.

Estoy conociendo gente excepcional de todas partes del mundo, la gran mayoría angloparlantes, lo que me está permitiendo mejorar con creces el nivel de inglés con el que llegué hace tres meses. Pasado el ajetreo de las vacaciones de Navidad, el ambiente en el trabajo es distendido y el horario laboral lo estipula el encargado de la tienda en función del trabajo que se prevé cada semana. Suele ser de 35-40 horas semanales repartidas en cinco días, algunos de turno partido otros completo lo que nos permite esquiar, como mínimo, cuatro días por semana. Sí que es cierto que no son turnos muy estables, pues varían cada semana pero también es cierto que como nos advirtieron al principio el trabajo está condicionado por los picos y descensos de la temporada de esquí y hay que sacar el máximo partido de ello: work when it’s busy have fun when it’s quiet. El pueblo es pequeño y su mayor atracción son sus pistas de esquí y la verdad es que merece la pena sacar el máximo partido de lo que la montaña ofrece y lo dice alguien que llegó sabiendo apenas calzarse las botas de esquí y poco más.

Lo más duro de todo, la cuenta atrás, el pensar que en unos meses tendré que hacer las maletas y dejar atrás la impresionante tierra canadiense y sus gentes. La experiencia, me la llevaré conmigo.

Cheers,

Cristina 🙂