La comunidad Travel Work cada año crece y son muchas las historias que los participantes de los programas nos hacen llegar. En las experiencias internacionales los participantes viven experiencias únicas que muchas veces marcan sus vidas.
Hoy queremos rescatar la experiencia de Enrique Garcia, un joven de Barcelona que durante el verano de 2004 participó en el programa de Trabajo de Noruega.
Enrique nos escribía este texto:
Hola soy Enric de Barcelona, viajé a Noruega con la ayuda de Travel Work y fue una experiencia inolvidable, os explico.
Después de todos los trámites y papeleos en Barcelona, me pusieron en contacto con la gente que iban a ser mis «anfitriones» en Noruega, me explicaron la mejor y manera de llegar allí (y la más barata, muy importante).
Yo fui a trabajar al norte de Noruega en un lugar llamado Skipnes Fiskevaeret, es una isla a la que solo se llega por barco, es preciosa y además muy tranquila. Tardé un día y medio en llegar ya que después del avión Barcelona-Amsterdam-Oslo, cogí un par de trenes hasta llegar al norte del país. El tamaño de Noruega es considerable debido a su forma alargada. Después autobús y barco hasta llegar allí.
Cuando llegué allí todos me esperaban, bueno solo había tres personas: Hilde (mi jefa se podría decir), Julian (un chico suizo de Travel Work suiza), y Ole (el cocinero). Al día siguiente empezó el trabajo, y la verdad no era muy duro, el ritmo de trabajo era más bien bajo. También es cierto que aún era Julio, limpiar las habitaciones, preparar camas, y ayudar en lo que te dijeran, la verdad es que no tenías un trabajo concreto, y eso ayudaba a hacerlo más ameno.
El fin de semana sí que había más trabajo, la gente venía a comer al restaurante y también al pub por las noches, se nota bastante que en invierno no pueden salir mucho, y salen muy decididos a pasarlo bien durante el verano. Ah! casi lo olvido, cuando llegué pude presenciar algo bastante extraño para nosotros aquí, el sol de medianoche, durante mis 3 primeras semanas tuve 24 horas de sol, muy divertido, y no me afectó para dormir, pero quizás a alguien sí que pueda, no sé. Por cierto el hotel sería lo que aquí llamamos turismo rural, ya que son cabañas de pescadores recicladas para ser habitadas, con lo justo, cocina, baño, chimenea y electricidad, las hay mejores y peores, pero básicamente eso, si queréis visitad su página web y lo veréis.
La gente de allí me trató de maravilla, es algo que recordaré mucho tiempo, sobretodo toda la gente que gestionaba el hotel, me hicieron infinidad de favores y me facilitaron mucho la estancia allí, además de tratarme como un invitado enseñándome muchos lugares del país durante mis días libres. Por cierto no hay mucho por allí cerca para hacer durante tus días libres, así que llevad buenos libros o música si os aburrís fácilmente, aunque tienes mucho terreno para explorar en una isla para ti solo prácticamente, con apenas 20 casas y quizás 50 personas viviendo allí en pleno agosto.
Durante tus días libres puedes visitar algún lugar cercano, pero dormir fuera del hotel te costará bastante dinero, y emplearás todo tu sueldo semanal. Además con un día y medio no irás muy lejos en un país tan grande. En definitiva durante mi estancia allí me sentí más en una especie de intercambio cultural, en el que yo tenía que trabajar unas pocas horas, que como alguien que tiene un trabajo de verano en otro país, para mí fue una de las mejores experiencias de mi vida, os lo aconsejo sin ninguna duda y disfrutadlo!
EG
Son muchas las experiencias que los participantes de los programas Travel Work quieren compartir con nosotros. Muchos de ellos establecen lazos de amistad con otros participantes y cada cierto tiempo organizan quedadas.
Iremos compartiendo con todos vosotros estos bonitos testimonios. Aventuras y experiencias que nunca pasaran a la historia.